Son muchos los beneficios que nos aporta contar con un sistema de riego. Por un lado, hace que el uso del agua sea más eficiente, mejora la salud de nuestras plantas y nos ayuda a que la aplicación del agua se reparta de forma uniforme por toda la superficie. Es más fácil que controlemos si tenemos que utilizar pesticidas o fertilizantes y también nos permite dedicar más tiempo a otras labores culturales.
Se evitan los encharcamientos y que se estropeen las plantas, facilitándonos el día a día, ya que podemos incluso programarlo para no tener que preocuparnos de esta tarea. En RIEGOTODO SRL puedes encontrar una variedad de soluciones para cada tipo de cultivo e incluso programadores automáticos tanto a batería como eléctricos.
- Lo primero que hay que hacer es planificar la distribución de los aspersores o goteros según corresponda en su parcela, jardín o huerto.
- A continuación, debe medir la longitud de tubería que necesita para conectar todos los elementos.
- Posteriormente, hay que abrir una zanja en la zona donde se colocarán las tuberías. Asegúrese de que la zanja es lo suficientemente profunda para cubrir las tuberías.
- Finalmente, coloque las tuberías en la zanja y conecte los aspersores o goteros. Asegúrese de utilizar conectores y codos para que las tuberías queden bien conectadas.
Las ventajas del riego por aspersión sobre el riego por goteo son:
- Menor coste de instalación.
- Mayor versatilidad en el riego. En el riego por aspersión es fácil cambiar de un cultivo a otro; en el goteo es mas complejo debido a la densidad de siembra de cada uno.
- Menos obstáculos en el terreno y por tanto mayor facilidad para hacer labores de cultivo.
- Facilidad de trasladar el equipo de riego por aspersión de un campo a otro.
- Consumos de agua muy inferiores.
- En el riego por gravedad no podemos dar las dosis de agua adecuada, como hacemos con el riego por aspersión, lo que provoca ciclos de riego más distanciados, con los consiguientes estreses hídricos y anegación de las plantas.
- No precisa movimientos de tierras, lo que implica el mantenimiento intacto de la capa arable. Lo frecuente es contar con un suelo meteorizado de unos 15-25 cm que no conviene enterrar. Si el terreno no está perfectamente nivelado, con unas pendientes entre el 2 y el 4/1.000, el riego no funciona. Cada cm de media que se tenga que mover para nivelar representa un movimiento de 100 m3/Ha. Cada 4-5 años debemos renivelar terrenos.
- No todos los suelos son aptos para regar por gravedad: - Suelos con baja conductividad hidráulica: Cuantiosas pérdidas por escorrentía y arrastre de terrenos. - Suelos con alta conductividad hidráulica: Percolación profunda-Si no hay unos drenajes muy bien hechos se corre el riesgo de salinización del campo, mientras que podemos utilizar el riego por aspersión incluso para desalinizar suelos.
- Muchas dificultades en regar durante la noche, cosa que en el riego por aspersión no solamente no es un problema, sino que genera posibles ventajas.
- El riego por aspersión tiene gran facilidad para acoplar la entrega de aguas a las peculiaridades del terreno, tanto en su planta, como en su altimetría, sobre todo en este último caso. Las vaguadas no son obstáculo e incluso el sistema puede funcionar mejor si está bien proyectado sobre terrenos ligeramente movidos. Podemos utilizar con un pequeño incremento de costo el equipo de fertirrigación, lo que no ocurre con el riego por bancales.
- El notable ahorro de mano de obra. Una instalación de cobertura total medianamente automatizada, puede ser controlada por 1 persona en cientos de Has.
- Otra ventaja nada desdeñable es su rapidez de instalación. Sobre todo los equipos móviles permiten ejecutar transformaciones en regadío, con poco tiempo.
Existen diferentes alternativas, sin embargo, los más populares son:
Riego por aspersión; Los aspersores son dispositivos que emiten agua en forma de lluvia sobre las plantas. Son ideales para jardines de gran tamaño y huertos o parcelas por su mayor alcance de áreas.
Riego por goteo; Este sistema suministra agua directamente a las raíces de las plantas o cultivos, a través de pequeños orificios en las tuberías colocadas cerca de las plantas. Es una forma eficiente de riego, ya que evita el desperdicio del agua y se asegura que la planta reciba la cantidad de agua y nutrientes adecuadas.
Uno de los errores más comunes es no regar las plantas la cantidad suficiente. Generalmente, se suelen estropear por echarles más agua de la que admiten. Y es que para cuidar tu jardín debes regar con menos frecuencia, pero con bastante cantidad cuando lo hagas. Una o dos veces a la semana puede ser suficiente, sin embargo, debes tener en cuenta las especies que tienes plantadas y ver si alguna requiere unos cuidados y riegos especiales. Además, debes evitar regar cuando el sol es fuerte, lo mejor es hacerlo a primera hora del día o al atardecer.